En España como en la mayoría de los países europeos la oferta de audífonos es muy amplia, de hecho el número de fabricantes cada año se amplia.
La sordera es un problema que afecta en mayor o menor grado a casi el 8% de la población, esto son más de 3 millones de personas que viven con las dificultades que acarrea una disminución de su audición. Una parte importante de estas personas encontrarían una buena solución en la adaptación de audífonos, solución en un producto sanitario que por otro lado en muchos casos y por el precio que tienen parecen artículos de lujo.
Aquí nos encontramos con varios factores que influyen en el bajo porcentaje de adaptaciones con respecto a otros países de nuestro entorno. La primera sería las pocas prestaciones desde la administración, no existen prácticamente ayudas para la adquisición de audífonos (aunque para la compra de coches parece que si hay dinero público), no existe una estrecha colaboración de los distintos profesionales que orienten y vehiculen a los pacientes hacia una información clara que ayude a encontrar su mejor adaptación, en catalunya desde 2010 el sector audioprotésico está regulado, el departament de sanitat tiene claramente conocimiento de cuáles son los centros que cumplen la normativa para la adaptación de audífonos, por tanto el primer escalón en esta orientación para el paciente que es el especialista otorrinolaringólogo debería derivar a ese paciente a los centros acreditados que tenga más cercanos a su hogar, de esa manera esta persona obtendría un plus de seguridad y confianza en el siguiente profesional que es el audioprotesista.
Y por último el factor del precio influye sobremanera en el bajo número de adaptaciones, y sobre todo binaurales (en los 2 oídos). La irrupción de la tecnología digital dio paso a una mejora increíble de las prestaciones de los audífonos. Pero también se abrió un camino cada vez más estresante de desarrollo tecnológico con el consecuente canibalismo en la producción de nuevos modelos que dejan obsoletos los anteriores. De esta manera el paciente paga la tecnología de "última generación" a un precio de artículo de lujo (hay que amortizar el I+D de los fabricantes), pero lo que el profesional tiene en sus manos es la tranquilidad de saber que las diferentes gamas desde las más bajas, que hoy por hoy tenemos, son soluciones técnicas infinitamente mejores de las que disponíamos tan sólo hace 4 años. Por lo tanto es deber nuestro ofrecer un precio acorde con la gama que demos, pero sobre todo un servicio excelente porque eso es lo que realmente marcará la diferencia de una buena adaptación.
Este punto del SERVICIO con mayúsculas es lo que nos lleva a la última reflexión. El profesional que atiende a sus pacientes en un centro autorizado cumpliendo los requisitos tanto de equipamiento como de procesos de adaptación, ofrece a cada paciente una media de 15 horas durante los 5 primeros años de vida de sus audífonos. Tan sólo esto debería repercutir en el precio de la adaptación en más de 500€, y por otro lado está el coste de los audífonos que aquí en España no es ni mucho menos menor que en el resto de los países europeos. Por lo tanto, que nivel de satisfacción encontrarán las personas que se pongan en manos de centros donde por una estrategia meramente comercial ofrecen audífonos con precios casi a coste de fabricación? sinceramente que una divinidad les ayude porque ese "profesional" dudo que lo haga realmente.